Las propiedades de la melisa officinalis, que se usa con fines medicinales desde tiempos remotos, la hacen perfecta para combatir el insomnio y la ansiedad, entre otros trastornos de la salud.
Avicena, el gran maestro persa de la medicina, aseguraba que la melisa es “capaz de alegrar el espíritu y alejar las tristezas”. Y Paracelso, conocido como el padre de la medicina moderna, afirmaba que la melisa estaba indicada para aquellas dolencias que derivasen en un desequilibrio del sistema nervioso y la consideraba el elixir de la vida.
Uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es la ansiedad y el estrés. Problemas que se han agravado en el último año. Y que afectan a la calidad de nuestro sueño y pueden provocar insomnio. Y la suma de esos tres factores puede deteriorar la capacidad de desempeñar las actividades diarias, aumentar la sensación de cansancio, la falta de concentración y la irritabilidad.
El consumo de melisa
Por ello, el consumo de melisa de manera habitual, ya sea en infusión, pastillas, en crema, en tintura o en aceite para masajes potencia la relajación y ayuda a controlar el insomnio y la ansiedad.
Puede ser un excelente complemento a cualquier tratamiento médico y psicológico. De hecho, la ESCOP (European Sicentific Cooperative on Phytotherapy) la recomienda como tratamiento para reducir la tensión, la inquietud y la irritabilidad.
Y la Agencia Europea del Medicamento recoge su uso tradicional para aliviar los síntomas leves de estrés mental y para facilitar el sueño.
La Melissa Officinalis, también conocida como toronjil, verdadera citronela o limoncillo, es muy utilizada como tranquilizante. Reduce la ansiedad y el estrés, proporciona relajación y mejora la calidad del sueño.
Precisamente por estas propiedades sus ventas se han incrementado de manera significativa en el último año, para aliviar los efectos que la pandemia está produciendo.
Al reducir el estrés, ayuda a conciliar el sueño y sirve para tratar el insomnio leve o moderado.
Melisa, potente antioxidante
El análisis fitoquímico de Melissa officinalis ha revelado una gran cantidad de compuestos, incluida una gran cantidad de flavonoides, ácido rosmárico, ácido gálico, contenido fenólico, y así sucesivamente, que han demostrado tener un potente antioxidante. La actividad antioxidante de los compuestos fenólicos en la plantaextracto se debe principalmente a la rutina, quercitrina, ácido gálico y quercetina.
En este sentido, la mayor actividad antioxidante pertenece a la quercetina y luego al ácido gálico, quercitrina y rutina, respectivamente.
Numerosos estudios clínicos y experimentales han demostrado los importantes efectos protectores de los compuestos fenólicos contra el daño oxidativo en el tratamiento y la prevención de enfermedades.
Por ejemplo, se demostró que la Melissa officinalis podría prevenir enfermedades neurológicas asociadas con el estrés oxidativo.
A modo de ejemplo, los efectos antioxidantes de estos compuestos son hasta 10 veces más fuertes que los efectos de las vitaminas B y C. Y no son las únicas propiedades de la melisa. También puede calmar molestias gastrointenstinales y tiene propiedades espasmolítica, analgésicas, antivirales, cicatrizantes y antibacterianas.
A ello se le une que aporta claridad mental, aumenta la concentración, disminuye las palpitaciones nerviosas o taquicardias y está indicada para el tratamiento de las migrañas nerviosas.
Además no tiene efectos secundarios. Aunque sí que es preferible no consumirla en diversos casos. Por ejemplo durante el embarazo y la lactancia. Las propiedades uterotónicas del ácido oleanólico producen la estimulación del útero y puede aumentar el riesgo de aborto.
Tampoco es recomendable si tienen prescrito algún medicamento para la ansiedad, el estrés o la depresión (antidepresivos de síntesis, narcóticos u otros sedantes), en las personas con trastornos en las tiroides, ya que tiene un efecto antitiroideo que podría desequilibrar los efectos del tratamiento, o si estás consumiendo antihistamínicos.
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