El aceite de jojoba es un aceite natural que proviene de las semillas de la planta de jojoba (Simmondsia Chinensis) originaria de los estados de Arizona y California (EEUU) y que en la actualidad también crece en América Central. Es aceite natural rico en ceramidas y ácidos grasos. Una combinación perfecta que aporta a la piel del rostro hidratación, firmeza y mucha luminosidad.
Este es un aceite diferente a otros aceites vegetales. El aceite de jojoba cuenta con un perfil de ésteres de ácidos grasos muy estables y con una composición química similar a las ceramidas de la piel humana.
Eso le permite revertir situaciones de desequilibrios. Por ejemplo, nos ayuda a proteger nuestras células de los daños causados por los radicales libres mitigando los efectos negativos de los rayos UV asociados al envejecimiento prematuro.
El aceite de jojoba soluciona la sequedad y el desequilibrio dérmico
Además, por su estructura química se asemeja más a una cera que a un aceite. Esa estructura singular hace que sea tan demandado en la cosmética. En concreto para problemas de sequedad y desequilibrio dérmico. Ello se debe a su alta capacidad de hidratación que favorece la elasticidad de la piel
¿Qué beneficios aporta el aceite de jojoba en su uso facial?
- Actúa como regenerador. Repara y equilibra el manto hidro-lipídico de la epidermis.
- Es un gran humectante. Impide que la piel pierda agua, favoreciendo la elasticidad y mejorando la hidratación.
- Actúa como nutriente. Ayuda a mejorar las pieles irritadas, sensible y atópicas.
- Tiene un gran efecto antienvejecimiento. Ayuda a mantener la piel sana por más tiempo y repara los daños.
Sabemos que la estructura de nuestra piel es básicamente lipídica, por eso el uso de aceites como el de jojoba, con un alto contenido en ceramidas, favorece una acción más profunda que nos ayuda a equilibrar, reparar y restaurar la salud de nuestra piel, especialmente la del rostro que está siempre tan expuesta a factores internos como el estrés o externos como la polución o la radiación solar.
- Entre otros beneficios también está la elasticidad, porque consigue evitar la pérdida agua transepidérmica y que la piel se nos deshidrate ayudándonos a mantener un perfecto nivel de humectación.
Si quieres más información sobre el aceite de jojoba.
Aceite de jojoba, puro y sin aditivos
Las ceramidas son lípidos que forman parte de nuestro organismo y es de sobra sabido que con el paso de los años vamos perdiendo la capacidad de producirlas.
Por eso es interesante aplicar al rostro un elixir como el aceite de jojoba que actuará como barrera y nos permitirá tener una piel estructuralmente fuerte.
Además, en pieles grasas o acneicas, y aunque sus compuestos sean oleosos, el aceite de jojoba tiene un efecto regulador del sebo que sobre pieles con acné y dermatitis posee un efecto antiinflamatorio con consecuencias positivas ante estos problemas dermatológicos.
Al tratarse de un aceite antimicrobiano puede incidir en desarrollo de las bacterias que causan el tan temido y problemático acné.
En resumen, podemos afirmar que se trata de un aceite con múltiples aplicaciones beneficiosas, especialmente para la piel del rostro, siempre y cuando el producto que utilicemos sea puro y sin aditivos. Es decir, que no contenga aromatizantes, estabilizantes ni colorantes artificiales, como el que ofrecemos a nuestros clientes en Nutexa.
Lo más importante del aceite de jojoba
Antes de realizar la compra del aceite de jojoba, es importante analizar ciertos aspectos como sus variedades, el envasado, su certificación y la relación tamaño-precio.
Los usos del aceite de jojoba se dividen entre los relacionados con la belleza y la estética, con la curación o calmante, y con el tratamiento del cabello.
Los beneficios del aceite de jojoba son innumerables, desde mejoras del acné hasta la reducción de la apariencia de las cicatrices.
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