Los suplementos alimenticios de origen vegetal se consolidan y diversifican. En este artículo explicamos qué son, cómo funcionan y el porqué de su importancia a ciertas edades.
De las vitaminas al Omega 3, y de la farmacia, al supermercado. Los complementos alimenticios forman ya parte de los hábitos diarios de muchos consumidores en los países desarrollados. Su consolidación ha provocado que el término alternativo haya quedado desfasado y surja un vocabulario más específico para definir los diferentes tipos de suplementos disponibles en el mercado. Entre ellos, los nutracéuticos, el palabro que une los conceptos nutrición y farmacéutico.
Pero ¿sabemos realmente qué son? ¿sabemos distinguirlos dentro del abanico de los suplementos? En los siguientes apartados damos la respuesta y apuntamos su importancia en determinados segmentos de la población como la tercera edad y en las afecciones del sistema cardiovascular.
Qué son los nutracéuticos.
El término apareció a finales de la década de los 80 en Estados Unidos, dentro del ámbito de la Fundación para la Innovación en Medicina, para referirse a aquellos productos de ingesta oral, origen vegetal y sin forma de alimento cuyo objetivo es aportar un efecto beneficioso al organismo y contribuir al bienestar físico de las personas.
No es, por tanto, un medicamento destinado a curar una dolencia concreta. En este sentido, el concepto farmacéutico no guarda relación con su verdadera naturaleza, si bien los nutracéuticos deben seguir controles y criterios científicos similares a los de los medicamentos.
Los nutracéuticos forman parte de los complementos alimenticios (también conocidos como suplementos o complementos dietéticos), pudiendo otorgar a estos últimos la misma definición que a los primeros, pero con la particularidad de que un complemento puede incluir sustancias sintéticas aprobadas para el fin al que va dirigido. Los nutracéuticos, en cambio, son exclusivamente de origen natural, siendo el reino vegetal la fuente habitual de ingredientes.
Se presentan en forma de comprimido, cápsula, viales o soluciones granulosas para ser disueltas en líquidos. Y están formados por los componentes activos de la fuente de la que proceden. Por ejemplo, aquellas sustancias que forman parte de una planta y ejercen una función saludable en el organismo humano.
Los ingredientes habituales son vitaminas, minerales, aminoácidos, polifenoles, enzimas, etc., los cuales suelen incorporarse a la fórmula nutracéutica a través de los extractos, fórmulas que reúnen de manera concentrada uno o varios componentes de la planta. Por ejemplo, los polifenoles y taninos de los extractos de uva o los flavonoides de los extractos de cítricos.
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Funciones que realizan.
Como ya hemos comentado, los nutracéuticos tienen efectos beneficiosos pero no son un medicamento, por tanto, su rango de acción se sitúa entre:
» Prevenir o aliviar enfermedades comunes y serias.
» Retrasar los signos propios del envejecimiento biológico.
» Frenar o reducir el impacto negativo de determinados factores externos (radiación solar, contaminación, tabaco, etc.).
» Mejorar la calidad de vida.
La explicación de estos efectos y, en consecuencia, la eficacia de los nutracéuticos es lógica si tenemos en cuenta que dichas acciones son las propias de los ingredientes activos que componen el suplemento.
Por ejemplo, el Hidroxitirosol presente en el olivo es uno de los mayores agentes antioxidantes del reino vegetal, con una gran capacidad para combatir los radicales libres que atacan cualquier organismo, habiendo siendo reconocido científicamente su efecto contra las partículas LDL (más conocidas como colesterol malo). Por ello, un nutracéutico que incluya extractos de Hidroxitirosol puede ayudar a combatir los problemas cardiovasculares causados por la acción de los radicales libres.
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La revolución de los nutracéuticos.
El incremento de los nutracéuticos en el mercado va en paralelo a los esfuerzos por mejorar y alargar la vida de las personas en los países desarrollados. De modo que, a mayor nivel de bienestar y esperanza de vida, mayor presencia de complementos alimenticios en los estantes. Sólo en Estados Unidos se calcula alrededor de 170 millones de consumidores y una cifra de negocio en torno a los 41 mil millones de dólares según el portal Nutritional Outlook.
El crecimiento se observa en todos los aspectos. La oferta es cada vez mayor y más específica en cuanto a tipo de producto. Los complejos multivitamínicos de hace dos décadas han dado paso a probióticos, antioxidantes, minerales y colágeno, entre otros.
Su acceso tampoco se limita únicamente a las herboristerías. Hoy podemos encontrarlos en los lineales de los supermercados, en gimnasios, farmacias (sin necesidad de receta médica) y, sobre todo, en Internet ya que el perfil del consumidor también ha cambiado. Segmentos de población que antes podían no estar tan interesados, como los jóvenes o los hombres de mediana edad, cada vez se preocupan más por su salud y son proactivos a la hora de buscar información en espacios de fácil acceso como la Red, la cual reúne a las empresas, las tiendas online y las comunidades de usuarios.
Esto a su vez contribuye a que las empresas nutracéuticas investiguen nuevos productos, se adapten a las necesidades o interés de los clientes – a través de etiquetas limpias, productos ecológicos, libres de alergenos, etc. – y sigan mayores controles de calidad.
La tercera edad, su público natural.
El segmento de la población mayor – a partir de la edad de jubilación habitualmente – es uno de los grupos de consumidores más interesados en los nutracéuticos. Y no sólo porque hoy día continúan siendo activos más allá del ámbito laboral y se informan a través de los medios digitales, sino también por las características de su organismo.
A esta edad, el cuerpo empieza a tener dificultades para absorber y procesar ciertos nutrientes, lo cual puede agravarse por ciertos medicamentos. Por otra parte se reduce el ritmo del metabolismo y el propio apetito, de modo que la ingesta de alimentos suelen ser menor, provocando una menor entrada de nutrientes.
Las consecuencias de este cuadro suelen derivar en carencias de vitaminas o calcio, el cual está asociado a enfermedades como la osteoporosis. Otras afecciones relacionadas con la edad son la degeneración macular – la causante de la pérdida de visión – y los infartos del corazón a causa del envejecimiento biológico de las arterias – arterosclerosis – o el estrechamiento que producen las placas de grasa como el colesterol – aterosclerosis.
Nutracéuticos, grandes aliados contra la hipertensión.
Otra de las causas asociadas a las insuficiencias coronarias es la tensión arterial alta: cuando la sangre presiona excesivamente las arterias del corazón. Esta enfermedad también suele ser habitual en las personas mayores, si bien, tal y como explicamos en este artículo, se desconocen las causas que la originan.
Lo que sí está comprobado es el efecto positivo que ejercen algunas sustancias vegetales contra esta disfunción. En concreto, el ácido oleanólico y especialmente la Oleuropeína, un polifenol del olivo que alcanza su mayor presencia en la hoja de la planta.
Numerosos estudios científicos in vitro y en vivo demuestran por qué las infusiones de hoja de olivo son uno de los remedios más populares contra la hipertensión: su acción antioxidante, la cual resulta efectiva en casos leves y moderados y cuando se administra a través de un extracto, ya que la concentración de Oleuropeína es mayor.
Los extractos de hoja de olivo también están indicados para otras enfermedades comunes de la tercera edad como las infecciones urinarias, los resfriados y la gripe.
Article: Diferencias entre un extracto de fruto de olivo y uno de hoja.
Un complemento propiamente dicho.
La mejor receta para contribuir a la salud del organismo, a cualquier edad, pasa por una mezcla de ingredientes básicos: realizar ejercicio físico habitualmente, evitar el alcohol y el tabaco, controlar la sal, el estrés y el peso, y mantener una dieta equilibrada, rica en antioxidantes. Los complementos son una ayuda extra, si bien pueden ser muy útiles ante una carencia de nutrientes. En todo caso, y aunque puedan adquirirse sin prescripción médica, conviene que un experto en la salud aconseje cuál puede ser el más indicado para cada persona y en qué dosis.
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FUENTES
- Raederstorff, D., Antioxidant activity of olive polyphenols in humans: a review. Int. J. Vitam Nutr. Res. 2009, 79, 152– 165.
- Lipoproteínas de baja densidad oixdadas. Rev Electron Biomed / Electron J Biomed 2008;3:52-60.- Calmarza, P.
- N El, S., Karakaya, S. 2009. Olive tree (Olea europaea) leaves: potencial .
- Perrinjaquet-Moccetti, T., Busjahn, A., Schmidlin, C., Schmidt, A.,Bradl, B., Aydogan, C. 2008. Food supplementation with an olive (Olea europaea L.) leaf extract reduces blood pressure in borderline hypertensive monozygotic twins. Phytotherapy Research, 22:1239-1242.
- http://www.nutraceuticamedica.org/definicion.htm
