Desde sus inicios, la base de Nutexa reside en aprovechar aquellas plantas con mayores beneficios para la salud. La mayoría de nuestros productos son de origen cercano: olivos, viñedos, cítricos, romero… Pero, fieles a nuestro compromiso de ofrecer lo mejor a nuestros clientes, es necesario incluir plantas más alejadas geográficamente. La quinoa es una de ellas.
Por su calidad nutritiva, por sus grandes beneficios para la salud y por la versatilidad de su uso, la quinoa es un alimento funcional en todos los sentidos. A nivel biológico y también económico. No en vano la FAO declaró 2013 como el Año Internacional de la Quinoa y la NASA la ha incluido en programas experimentales en el espacio y los tripulantes la usan como fuente de subsistencia ecológica en los viajes.
La quinoa (oficialmente quinua) es una planta casi perfecta. Contiene todos los aminoácidos esenciales para el organismo y una elevada cantidad de proteínas en comparación con otros vegetales. Y puesto que también incluye una alta cantidad de almidones, es un alimento bastante completo a nivel de macronutrientes. Por una parte, los hidratos de carbono aportan una elevada cantidad de energía mientras que las proteínas proporcionan los recursos necesarios para el buen funcionamiento del organismo humano (reparación del tejido, formación de defensas, etc). Por otra parte, la planta posee una extraordinaria capacidad para adaptarse a condiciones climatológicas muy diferentes, y su coste de producción es bajo.
Por todo ello, y teniendo en cuenta que la falta de proteínas es una de las principales causas de muerte y enfermedad en los países del Tercer Mundo, la quinoa es una alternativa a tener en cuenta para solucionar los problemas de desnutrición en aquellas zonas del planeta con pocos recursos económicos para costear proteínas animales y cultivos más costosos.
De hecho, la quinoa, junto con la papa, fue durante siglos la base de la dieta de los pueblos indígenas de los Andes, de donde es originaria. Algunos hallazgos datan su cultivo en 5000 años A.C. Y parece ser que ya entonces los agricultores la almacenaban para los periodos de bajas cosechas.
Su extensión a lo largo de la cordillera y el hecho de que haya sido cultivada por diferentes grupos de población ha provocado, por otra parte, que en la actualidad existan más de tres mil variedades de semillas entre las sembradas y las silvestres.
Hoy en día también se está cultivando en regiones de América del Norte, Europa y Asia, donde en los últimos años se ha convertido en un alimento todavía no habitual pero sí popular debido a la preferencia de los consumidores por productos más naturales y su inclusión como producto gourmet en las cartas de los restaurantes.
Virtudes de la quinoa
La razón por la que hoy en día el marketing la considera un superalimento se debe a su extraordinaria composición. Para empezar, la quinoa es un pseudocereal, es decir, produce una semilla con alto contenido en almidones pero no es una gramínea, de modo que a todos los efectos es un cereal sin gluten.
En cuanto al contenido de proteína, se sitúa en un promedio del 16% pero puede superar el 20% según la variedad, una cifra considerablemente mayor respecto a las cantidades de proteínas que contienen los cereales. De hecho, una alimentación basada únicamente en quinoa cubriría las necesidades proteicas del cuerpo humano establecidas por la OMS y la FAO en 2003 (del 10 al 15% de la dieta).
Por otra parte, posee una elevada cantidad de micronutrientes que explican por qué ha sido utilizada como planta terapéutica por parte de los pueblos andinos en diversos síntomas y dolencias: desde fracturas de un hueso a migrañas.
Propiedades a nivel terapéutico que contribuyen a una mejora (si bien no son las únicas responsables):
- Antiiflamatorio en esguinces, torceduras y distensiones musculares. Por la fuerte presencia de sustancias alcalinas como el magnesio.
- Antioxidante. Propiedad que le permite combatir contra los radicales libres, causantes del envejecimiento y ciertas enfermedades. Además, y según fuentes del portal Health Ambition, la quinoa aporta más antioxidantes que los cereales y las legumbres.
- Cicatrizante en fracturas de huesos.
- Cardioprotector. Protege y actúa ante problemas vasculares y coronarios debido a sus altos niveles de ácidos grasos Omega 3.
- Laxante: por su alto contenido en fibra (6% del peso del grano). También ayuda en la prevención del cáncer de colón.
La versatilidad de la planta explica su uso medicinal. Sus hojas, por ejemplo, pueden usarse en forma de emplastes o infusiones. Y lo mismo ocurre en la cocina. Aparte del grano cocido, las hojas pueden comerse frescas (en una ensalada por ejemplo) o cocidas (en sopas o guisos).
En este aspecto, la quinoa es un ingrediente con gran potencial en el campo de la innovación culinaria y por tanto puede ser muy interesante para la industria de la alimentación. Un ejemplo: el grano molido hace que la masa absorba más agua y sea más resistente. De hecho, en Bolivia y Perú existe una gran tradición de sustituir la harina de trigo por la de quinoa en panes, bizcochos y galletas.
REFERENCIAS
- Ayala, G., L. Ortega y C. Morón. 2001. Valor nutritivo y usos de la quinua. En: FAO . Quinua (Chenopodium quinoa Willd.) Ancestral cultivo andino, alimento del presente y futuro, http://www.rlc.fao.org/es/agricultura/produ/cdrom/contenido/libro03/cap8_1.htm#top; consulta: julio 2009.
- Tapia, Mario; H: Gandarillas; S. Alandia; A. Cardozo; A. Mujica; R. Ortiz; V. Otazu; J. Rea; B. Salas y E. Zanabria. 1979: Quinua y Kañiwa cutivos andinos. CIID; editorial IICA, Bogotá.- ISBN 0-88936-200-9
- Rojas, W. 2011. La quinoa: cultivo milenario para contribuir a la seguridad alimentaria mundial. Ed. FAO, Oficinal Regional para América Latina y el Caribe. 66 pp http://www.fao.org/docrep/017/aq287s/aq287s.pdf
- Zevallos, V.F.; Herencia, L.I.; Chang, F.; Donnelly, S.; Ellis, H.J.; Ciclitira, P.J. 2014. Gastrointestinal effects of eating quinoa (Chenopodium quinoa Willd.) in celiac patients. The American journal of gastroenterology, 109(2): 270-278.
- DIETA, NUTRICIÓN Y PREVENCIÓN DE ENFERMEDADES CRÓNICAS. Organización Mundial de la Salud 2003. http://www.fao.org/wairdocs/who/ac911s/ac911s00.htm